Dormido VI: EL PODER DE LA FAMILIA

 


(VIENE DEL RELATO DE OCTUBRE DE 2022)

(LEE LA HISTORIA DESDE EL PRINCIPIO)

Con signos claros de agotamiento, abatido por los sucesivos acertijos y pruebas, Máximo se inclinó lentamente sobre la arena, se sentó, encogió las rodillas sobre el pecho, las abrazó y se quedó callado, observando las olas. No tenía ya fuerzas para protestarle a la voz y sólo estaba allí plantado, protegiéndose de todo cuanto le rodeaba y que le hacía sentir el hombre más inseguro e inútil de cuantos haya en el mundo. Fuera verdad o no, aquellos eran los pensamientos que vagaban por su mente. 

—No seas tan dramático. Ya no queda nada para que alcances el final —le sugirió la voz. 

—¿Has vuelto a leerme los pensamientos? No me gusta —respondió él. 

Y se hizo un silencio de unos segundos. 

—Aquí estás —ironizó la voz. 

—Aquí estoy, sólo sobre la arena, mirando a lo lejos las rocas que guardan el secreto sobre mi futuro, según dices...

—¿Realmente crees que estás solo? —matizó la voz.

—Como en la vida. Nacemos y vivimos solos. 

—Ya... dime, ¿y los amigos?, ¿y la familia? 

—En los amigos no se puede confiar. No al cien por cien. Y en la familia... —se quedó pensativo Máximo— en la familia sólo a veces. 

—Ya... ¿Dime Máximo, qué es la familia para ti? ¿Es un apoyo en la vida?

El hombre meditó unos segundos antes de contestar. 

—A veces; no siempre. A veces falta algo para que sean un apoyo real. 

—¿Por qué?

—Porque o bien no saben ayudarme, o bien no pueden porque entran en juego otros intereses... otras veces cada uno va por su lado... No sé, es complicado. 

La voz se escuchó entonces más profunda, más cercana. Luego prosiguió... 

—Tal vez hay que saber cuándo y cómo contar con la familia. Ellos son nuestro salvavidas, quienes nos ayudan a mantenernos a flote en la vida; pero quizá les estás pidiendo más de lo que pueden darte, o puede que les estés exigiendo sin ofrecer nada a cambio. 

Máximo no contestó. El rumor de las olas parecía hipnotizarlo. La voz prosiguió.

—La familia es un grupo humano donde surgen conflictos, donde hay discusiones y disensiones. Pero su poder reside en la unión, Máximo. En la capacidad que puedas tener de mantener a todos sus miembros juntos, pese a sus diferencias; porque todos entiendan que en el fondo hay un objetivo común, mantenerse a flote los unos a los otros.  

A un extremo del arenal aparecieron unos troncos de árbol que parecían haber sido arrastrados por la marea. Eran troncos de robusta madera. Máximo reparó en ellos. 

—Este truco sí que ha sido bueno. Es una alegoría muy bien construida. Gracias —afirmó sin mucho interés Máximo. 

—¡Vamos, hombre! ¡Anímate! Ya no queda nada para alcanzar tu objetivo. Has pasado lo peor. 

Máximo miró hacia los cielos y respondió con desidia. 

—Y ahora querrás que junte esos troncos y construya una balsa para llegar a esas rocas...

Unas nubes se retiraron a gran velocidad y dejaron entrar los rayos de un sol brillante del atardecer. Sin duda era un juego de luz orquestado por aquel ente todopoderoso para responder a su pregunta sin pronunciar palabra. Así que resignado, consciente de que estaba a un paso de llegar al final, Máximo obedeció, buscó algo con lo que atar aquellos troncos y fabricó la balsa para alcanzar las rocas. 

(LA HISTORIA CONTINÚA EN EL MES DE DICIEMBRE DE 2022)



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