USURPADORES


    El hombre preguntó a aquel que pretendía usurpar su identidad:
-¿Por qué quieres ser yo?
-No quiero ser tu, ni loco. Quiero convertirte en la persona que deberías ser.
-¿Convertirme?
-Crees entender el funcionamiento de la vida, de la política y de las personas; pero no sabes nada de nada, y yo te mostraré el camino. Haré de ti alguien grande y respetado.
-Respetado...
-Aprenderás a opinar lo que hay que opinar, a reír cuando hay que reír y a llorar cuando hay que llorar, como hace la mayoría.
-Eso es cinismo.
-Exacto, bienvenido al mundo.
-¿Y si me niego?
-Seguirás en tu agujero profundo, marginal y solitario.
-Pero seguiré siendo yo.
Al usurpador le sorprendió enormemente la tozudez del hombre, pues era la primera vez que rechazaban su ayuda. Luego se fue como si aquella conversación no hubiera existido, pues aunque realizaba su trabajo en la clandestinidad, sabía que no le faltaba clientela.

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