REPARANDO


La piel cuarteada es siempre molesta y a veces caprichosa: en ocasiones pica y otras escuece. Que termine maltrecha, de cuando en cuando, no es raro. 

Este órgano -el más grande de cuantos funcionan en el cuerpo- es el que nos envuelve y nos mantiene en contacto con las cosas y las personas; con el calor y el frío; lo bonito y lo feo; lo sano y lo enfermo... 

Es, digamos, el frente avanzado de nuestro ejército, el que camina en primera línea de batalla; el primero en sentir los golpes, y también las caricias. 

Su diseño natural, consecuencia de una selectiva evolución, lo ha convertido en un superviviente nato. Pase lo que pase, siempre logra repararse, si se cuida, claro. Tal parece que hubiera heredado las cualidades fundamentales del corazón, o quizá fue éste el que en el principio de los tiempos comenzó a latir envuelto en capas y capas de piel, que luego se ramificaron hasta cubrir el cuerpo entero...

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