EL CIELO TAMBIÉN ES ABURRIDO
Se
siente ligero, ágil y lúcido; está irremediablemente muerto. Es
cierto eso que dicen de la paz al final de la luz. Pero ese blanco
deslumbra, es incómodo y lo peor es que no hay más que eso: blanco.
Lo manchan pequeñas sombras que vagan, las de otros fallecidos,
paseantes eternos ensimismados en la misma banalidad que cultivan en
vida. ¿Qué maldito cielo es ese?, piensa. Donde los muertos parecen
vivos. Sin rastro de paraíso, de reencarnación o de harén de
vírgenes de carne tierna y joven... Se resigna entonces a la
evidencia de una mentira que ha viciado la humanidad desde el
principio de los tiempos; con un marketing tan poderoso como el de la
Iglesia, capaz de sobrevivir a la historia, y que ahora ya es claro,
también trasciende incluso el fin. Por eso cierra los ojos y empuja
hacia abajo, para regresar a la vida, no porque sea mejor, ni peor;
sino porque al menos será su decisión, por una vez.
Comentarios
- JJSalsoso -